Un estudiante británico ha desarrollado un generador de energía eólica de bajo coste, especialmente orientado a los países en desarrollo. A partir del imán de una Vespa, una batería de un Ford Fiesta y varias piezas de madera y metal y con un coste aproximado de 25 euros, Max Robson ha fabricado un prototipo capaz de producir 11,3 vatios, suficientes para iluminar una bombilla durante 63 horas o hacer funcionar una radio durante 30.
Según el joven inventor de la Universidad de Portsmouth, la turbina puede fabricarse en un solo día sin apenas conocimientos de electrónica.
Frente a los grandes sembrados de molinos de viento que emulan el modelo energético actual, el prototipo inglés es un ejemplo de energía distribuida descentralizada.
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